2 – Evaluación Física y Exámenes Preoperatorios

Examen Físico

El examen físico es un aparte importante de la evaluación preanestésica. Debemos controlar la presión arterial y el pulso. Debemos buscar y retirar prótesis dentales que puedan interferir con la eventual intubación endotraqueal. También hay que retirar lentes normales y de contacto.

El anestesiólogo deberá evaluar las condiciones de la vía aérea y su facilidad para ser intubada o no. Esto que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte de un paciente no es tan simple, por lo que se han realizado estudios y mediciones que nos hacen sospechar una intubación difícil (pero la confirmación será al momento de la anestesia). Podemos destacar la movilidad de flexión y extensión del cuello, el tamaño dela mandíbula en relación a las partes blandas (lengua), apertura bucal, estado de la dentadura (incisivos superiores protruyentes o grandes y piezas sueltas), tamaño de la lengua, de las amígdalas, posibles tumores que interfieran y por último, la clasificación de Mallampati de la visión de la faringe.

La clasificación de Mallampati consiste en mirar la faringe del paciente sentado con la boca abierta y sacando la lengua («diga AAA»). Según las estructuras que se pueden observar se clasifica:

  • Grado I: Se observa el paladar blando, la úvula, pilares amigdalianos y pared posterior de la faringe.
  • Grado II: Se observa el paladar blando, la úvula.
  • Grado III: Se observa el paladar blando y la lengua.
  • Grado IV: Sólo se observa la lengua.

Esta clasificación se correlaciona con la facilidad o dificultad para intubar al paciente. Un paciente Mallampati I es muy probable que sea fácil de intubar, así como un paciente Mallampati IV es muy probable que sea difícil de intubar. El problema radica en los pacientes con grados II y III, ya que quedan fuera de la correlación y no puede asegurarse.

Lo importante entonces de este análisis de la vía aérea es que hay que detectar a los pacientes difíciles de intubar antes de dormirlos, de manera de tomar las conductas adecuadas y contar con los equipos de manejo de vía aérea difícil adecuados.

Exámenes de Laboratorio

En este punto hay una gran discusión, que ya tratamos en otro post. En general la regla actual es que en pacientes jóvenes sin patologías debe evitarse solicitar exámenes preoperatorios «de rutina», ya que generalmente son negativos, implican riesgos y gastos y normalmente no alteran el plan anestésico quirúrgico. El detalle es que para determinar si un paciente es sano se requiere necesariamente de la evaluación física e historia que ya hemos conversado.

¿En que pacientes sanos y jóvenes uno pediría algunos exámenes? Tal vez en mujeres en edad fértil se podría argumentar a favor de pedir un test de embarazo y un hematocrito. También en niños muy pequeños, si aún no caminan, puede ser útil algunos exámenes de coagulación ya que no han sido sometidos al rigor de la vida infantil (golpes, caídas) que permita detectar problemas.

El famoso Electrocardiograma (ECG) de reposo está cada vez más en retirada. Actualmente se postula que debería pedirse en mayores de 60 años (siempre que sea sano). Su validez es de 6 meses si no hay antecedentes de cambios en el estado físico o patologías crónicas.

Ahora, cuando tenemos un paciente con alguna patología crónica o aguda, debe solicitarse los exámenes adecuados para dicha enfermedad o para los cambios que los fármacos que utiliza puedan haber generado. Por ejemplo, si el paciente es diabético, una glicemia y un ECG (los pacientes diabéticos tienen mayor riesgo de patología coronaria); si toma algún diurético, seria bueno contar con electrolitos plasmáticos.

Espero sus comentarios. Próximo capítulo: las indicaciones preoperatorias.

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