Desde hace muchos años existía el dogma que un paciente operado debía permanecer en cama algún tiempo, tiempo que habitualmente se realizaba en el hospital y luego en la casa. Sólo cirugías y procedimientos muy cortos y pequeños se realizaban de manera ambulatoria, es decir, que el paciente una vez terminado el procedimiento se iba para la casa.
Pero desde los años 70 y 80’s en el extranjero, y en los 90’s en Chile, se ha ido viendo que cirugías más grandes también se benefician de esta modalidad, sin mayores riesgos para el paciente.
El paciente debe ser previamente seleccionado y entrevistado para ver si cumple con los requerimientos básicos. Una vez seleccionado y aceptado, debe llegar el mismo día de la cirugía al hospital o clínica. Es operado, luego permanece un período de observación determinado mientras se recupera de la anestesia, y luego es enviado al hogar, siempre manteniendo contacto telefónico entre el paciente y su familia y el centro de salud.
¿Es seguro?
Millones de pacientes se han operado en el mundo entero en esta modalidad. Alrededor de 75% de las cirugías en Estados Unidos se realizan ambulatoriamente, y en España llega al 60%. Siempre y cuando se realice correctamente, se sigan los pasos y se cumplan las indicaciones pre y postoperatorias, no debería haber más riesgo que una cirugía en régimen hospitalizado.
¿Cuales son los criterios para ingresar a la modalidad ambulatoria?
Hay varios criterios, algunos socioeconómicos-culturales del paciente y su grupo familiar, otros del propio paciente y otros del centro hospitalario.
Primero, el paciente debe vivir cerca de un hospital. A no más de 30 minutos de algún centro de urgencias, para consultar en caso necesario. Puede ser el mismo hospital donde se operó u otro.
Debe tener un teléfono de contacto rápido. No sirve salir a llamar a dos cuadras. Debe estar en la misma casa.
El paciente y la familia debe entender el proceso quirúrgico, los cuidados e indicaciones postoperatorias y tener cierto grado de rapidez mental para detectar posibles complicaciones y consultar a tiempo. Saber leer es vital.
El paciente debe venir acompañado y permanecer acompañado al menos por 24 horas. No podrá manejar de vuelta a su hogar y cualquier necesidad que tenga en su casa deberá ser solucionada.
El paciente debe estar relativamente sano o a lo más alguna enfermedad leve bien controlada, como hipertensión arterial o diabetes. Pacientes graves, con enfermedades que requieren un manejo postoperatorio cuidadoso (cardiópatas, con insuficiencia de algún órgano, etc) es mejor que se realicen la cirugía de manera hospitalizada.
En cuanto al centro, lo ideal es que este tipo de cirugías se realice en un lugar entrenado y equipado para realizar cirugía ambulatoria, que cuente con un sistema de evaluación previa y postoperatoria, de manera que el paciente esté permanentemente controlado y seguro y no abandonado a su suerte.
¿Qué ventajas tiene?
La cirugía ambulatoria no saca al paciente de su vida normal. Se levanta temprano en la mañana, se opera y en la tarde está en su casa. En el caso de ancianos y niños esto es ideal, ya que la hospitalización genera un stress adicional que puede ocasionar trastornos cognitivos (desorientación, agitación).
Al no estar sometido al mismo ambiente intrahospitalario, existe menor riesgo de sufrir infecciones intrahospitalarias graves.
Como no requiere una cama de hospital, acelera la posibilidad de ser operado antes, y dependiendo del modelo de salud, los costos pueden ser menores.
La recuperación en el hogar es más rápida y cómoda. Además, se reduce la incidencia de complicaciones propias de la hospitalización, como infecciones intrahospitalarias (por contacto con otros enfermos), trombosis venosas y tromboembolismos pulmonares (por el reposo excesivo), etc.
¿Qué debo esperar de la cirugía ambulatoria?
No es una cirugía menor, por lo que se debe evitar conducir vehículos y tomar decisiones importantes al menos por 24 hrs. (piense como si hubiera bebido alcohol). El dolor se tratará de manejar de la mejor manera, pero debe saber que algo de molestias habrá, y será el propio paciente (o su familiar) el responsable de tratarlo según las indicaciones médicas.
El plan de hacer una cirugía ambulatoria siempre puede cambiar. Ya sea porque la cirugía fue más compleja de lo pensado o aparecieron complicaciones postoperatorias difíciles de manejar, como el dolor, vómitos y otras, es posible que el paciete igual termine hospitalizado y no sea dado de alta. Durante todo el proceso el paciente estará siendo evaluado y si cumple los criterios, será dado de alta.
¿Qué cirugías son realizables en esta modalidad?
En general, todas las cirugías de superficie y que sean menores a 60 minutos de duración. Entre ellas tenemos: hernias, gran parte de la cirugía infantil y urológica, colecistectomía, várices, gran parte de la cirugía oftalmológica y otorrino. Dado que el manejo del dolor será por vía oral, es importante considerar sólo cirugías que no ocasionen mucho dolor.
¿Como puedo saber si mi cirugía ambulatoria será un éxito?
Dependerá de que:
- el centro tenga una buena organización
- exista una selección y preparación adecuadas del paciente
- los cirujanos, los anestesiólogos y todo el resto del personal esté altamente capacitado
- los criterios de alta sean seguidos estrictamente y en caso de dudas, haya facilidad para hospitalizar al paciente
- haya un seguimiento telefónico oportuno
En resumen, la cirugía ambulatoria es segura siempre que se haga respetando las normas y en un centro con experiencia, e implica que el propio paciente (o sus familiares) se deben responsabilizar del manejo, haciéndolos más partícipes de la recuperación.
Si tienen dudas o consultas al respecto, no duden en dejarlas en los comentarios.